Canción a mi doncella.
Si la noche te dijera lo que un alma ve en silencio, la hermosa primavera te abriría el sentimiento. Caería el dulce aroma de las flores del olimpo y la luna, que se asoma, se alzaría cual jacinto.
Si tan sólo despertaras de tu sueño de doncella, tú verías la alborada reflejada en una estrella. Volarías por el tiempo del placer dulcificado… y serías como el viento que acaricia el vasto prado.
Si la noche te dijera lo que un alma dio al destino, tú serías la primera en saber lo que está escrito. Bajaría el rayo terso que penetra la mañana y, asomada con un verso, tú sabrías quién te ama.
Si tan sólo despertaras de tu sueño de doncella, tú verías la palabra que en las noches te hace bella. Viajarías a lo eterno de una senda engalanada… y tendrías un momento para verte enamorada.
Sí la noche te dijera lo que un alma ve en silencio, el amor, que te venera, te daría el firmamento. Caería el nuevo día en tus ojos de esmeralda… y, al final, yo te diría que yo era aquella alma.