Una tierra que se vive, se ama…
Huatulco Paraíso
Humo pardo de olorosos recuerdos,
de fragmentos históricos y leyendas,
con personajes místicos,
una cruz por presea.
Un cielo azul es tu radiante belleza,
ese sol da vida a la fantasía,
da por vencer a un niño una sonrisa,
da por levantar a un viejo su cobija.
Ahora sube, va y viene la marea,
a sus anchas no le da por ligerezas,
entre sus tonos azules y verdosos,
esconde en alguna cueva, un gato perezoso.
Todo invierno y primavera es hierba seca,
su desértica apariencia no es marchita,
sólo duerme en estaciones pasajeras,
tanta vida que es de costa y es de selva.
Un venado, un armadillo camuflajea
no hay camino, que a su paso encuentre huella,
bien lo sabe simular,
es celosa de su fauna singular.
Los ancianos cuentan tantas cosas bellas,
pocos quedan del histórico lugar,
son leyendas de piratas casi, todas ellas,
un barbado con la cruz, llego del mar.
Con la lluvia el verano reverdece,
aviva flores en el monte, vida el mar,
que a los pies de su faro se oye el eco,
de un bufido resonante colosal.
Olas crecen con las lluvias más enteras,
olas nacen, crecen y se van,
de ese modo poca gente se mantiene,
pocos son los que llegan al lugar.
Por las noches la quietud sin precedentes,
es sin duda el encanto de este sitio,
una ventana abierta al infinito.
Autentica versión del paraíso,
donde se olvida la vida terrenal,
flor de selva, arena seca, verde mar.
Ríos de encantos
que son tantos los que tiene,
alguna cueva con alberca natural.
Aves tocan una orquesta musical,
que da vida al folklórico lugar,
flor dormida en pensamiento de una frente,
Intenso por la mente misma de su suerte
porque siga incógnito el final,
porque siga habiendo un lugar inexplorado.
Seamos parte de la vida que se ha dado,
la cara que ha mostrado a los demás,
lo que el mismo tiempo ha ofrecido por estar.
Orgulloso de la vida misma,
de la vida que a su paso, pasa y da,
es Huatulco Paraíso vida entera,
que alimenta con la vida la unidad.