yito

A pintar.

 

 

 

A pintar de blanco y rosa

volvió el almendro al sendero

para brindarle al viajero

su cielo de mariposa.

Es el almendro una glosa

que no se iguala en su encanto.

En su silencio hay un canto

cuando la noche es serena

donde se alegra la pena

y suele reír, el llanto.