Te encuentro tan hermosa ahí paciente, como si me besaras mientras duermo y una caricia se te escapara de tus dedos para tocar mi pelo, y soy feliz.
Nos envolvemos entre sábanas de nata y somos uno con ella, el sol en la ventana y los suspiros en los labios.
Me gusta cuando me despiertas por la mañana, pidiendo que te amé al abrir los ojos, aunque sea por una fijación, y deba acostarme en la noche sin ti mientras te veo llegar en un sueño.
Luis Adolfo Otero