alupego (Ángel L. Pérez)

MÁS SUTIL ES EL VIVIR

MÁS SUTIL ES EL VIVIR

Vibra el suspiro sincero,
en la boca del amor.
Si al latido que le alienta,
auténtico es su sabor.
Colmar de sustancia cierta,
los huecos que van quedando,
vacíos en su interior,
cuando se van desarmando,
las columnas de ilusión.

Rompe el aire el océano,
como atraviesa el acero,
la carne blanda que tiembla.
De su fuerza la promesa,
de arrebatar las defensas.
Y en su rizada aspereza,
vencer la posible ofensa,
que amenaza a su entereza.

Cubierto el sueño de bruma,
renace de la espesura,
la voz nítida que flota.
En la titilante nota,
de su invisible instrumento,
el deseo se transforma,
en un delirante cuento.
Dando valor al anhelo,
de soportar la zozobra.

En la creciente andadura,
se desplaza la escultura,
de sangre, carne y de huesos.
La singular armadura,
que sobre los hombros pesa,
va aplastando la grandeza,
reduciendo la cordura,
que al dar paso a la locura,
hace el camino más denso.

Así la etérea amenaza,
del desnutrido silencio.
Vuelca sobre la coraza,
su mandoble más certero.
Y en una suerte de encuentro,
la lid, torna a la comparsa,
para soportar el miedo.
El loco se ha vuelto cuerdo,
ante semejante farsa.

Candiles en la pared,
de los recuerdos perdidos.
A un cordel de seda unidos,
con grilletes de papel.
Zarandeados por el sino,
vuelcan por dentro la hiel,
para ensuciar el camino,
para alejarse de el.
Luces en el tragaluz,
como bríllos de oropel.

Vibra el suspiro de niebla,
camuflando lo que encierra,
en su corto devenir.
Cuando el suspiro se alarga,
más viva la esencia acaba,
más sutil es el vivir.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
25/02/2019