Los días pasan raudos...
junto a la roca de los designios.
Mis sueños se cubrirán
despacio de lluvia... de tardía
e indiferente caricia,
mientras una melancólica
y sutil ave de tristeza...
en su tránsito desnudo y hueco,
pareciese surcar el cielo infinito
confundiendo su solitaria
y esbelta figura...
con el dulce aroma de la tarde,
en su siempre desmotivada
y a veces...
incomprensible ingratitud.