Algo se me tendrá que ocurrir para olvidarte,
daré una vuelta fugaz una tarde por marte,
llegaré a Plutón montado en mi corcel de aurora
y atraparé unos cuantos versos y manojo de rosas.
Conoceré nuevos planetas parecidos al tuyo,
donde cosmonautas aterrizaron antes de mí,
en paramos espaciales de amores ocultos,
cuyas coordenadas indican que no estarás allí.
Una vez atraviese los límites del borde exterior,
hallaré tu mirada en los confines del universo.
Diré para mis adentros, no existe belleza superior
que te arrebate mi vida, mis rosas y mis versos.
Luis Adolfo Otero