Te he soñado mil años lunares
en el tiempo y el espacio,
nos amamos en silencio
y con desprecio nos adoramos.
Tú no sabes lo que causas
y yo no sé lo que hago,
que horror separarnos
si nunca nos juntamos.
Está es la despedida
en una carta sin remitente escrita,
maldigo los siglos amándote
sin siquiera un día encontrarte.
El hueco de mi cama
sigue esperándote
y el vacío de este amor
sigue hundiéndome.
Tienes un talento especial
todo te pertenece solo a tí
ya en mis venas no corre sangre.
Han pasado mil años lunares.
Vemos la misma luna.
Una pieza se conecta.
Y otra se derrumba.