Has intentado más de cien veces antes
¿Crees que algo cambiaría en tu interior?
Fuiste por una venganza directo a lo blando de tu alma
Te fumaste de la muerte una parte, mucho humo, poco ruido
Respírala un momento, pregúntale si está bien
Deja de luchar, bien sabes que la esperanza va al final
Si las llamas te envuelven déjate quemar como algodón
Por mucho que grites al pasado, entiende que no volverás
Aun creyendo darlo todo es posible que no quieras más
Si puedes sostenerte del árbol en el desván
Aferra tus uñas a la corteza de una inútil salvación
Susurra a tu interior que por compasión te permita olvidar
Mira al suelo, te estás desvaneciendo, ya no lo puedes evitar
Con tu entorno oscurecido cierra los ojos y comienza a pensar
No hay nada que puedas cambiar, evitar, si ellos se van
Escuché estando a tu lado el ligero sonido de tu boca diciendo adiós
Espera, antes de caer como último deseo pide y pídete perdón
Robaste tanto tiempo vida siendo un saco descocido
Y flotaste conmigo buscando una ausente estabilidad
Llorar es un veneno mortal que ya no quieres probar
Anda, presume de la fuerza que no has tenido jamás
Sólo eres inerte, no valiente, desde hace tiempo ya no sientes
Aunque te tiemblen las manos al verte descubierta
Y ya no quieras ser más que una línea isoeléctrica
Atada de manos y pies, tirada en el callejón de un tal vez
Deberías dejar las promesas del incierto quizá
Saltar hasta tocar las nubes y poder volar
¿Qué tan alto podrías, siquiera intentando llegar?
Escúchame cariño, soy tú, somos nosotras sin nada más.