Carlos Leyva

Transfiguración fatal

Hoy estreno ojos

para mirar el mar

agitado

denso

que envuelve

en el mismo quántum

cielo y agua.

Me abrazo 

con tentáculos

espesos

excitando la arena

y el horizonte masticado.

Veo el límite del mundo

y su viento depuesto 

sumergiendo 

las olas problemáticas

en cardúmenes 

de senos.

Juega el trueno del sol

su maratón de versos

posado sobre la corriente

fundida del firmamento.

Me abrazo

otra vez

cargando una botella de aire,

por si decido 

ahora

abandonar la tierra

para mudarme 

al océano.