Te extraño
como el colibrí a la flor en invierno,
como el exiliado a su país que nunca ha vuelto,
como el negro extraña a sus muertos.
Te sueño:
cada noche vuelve tu recuerdo
y, llorando, me desvelo,
rogándole al cielo por tu regreso.
Te recuerdo
en todo lugar, en todo momento
viene a mí tu voz, retumba en mi pecho,
siento tus abrazos desde mis adentros.