alupego (Ángel L. Pérez)

CUANDO EL VIENTO SEA LUZ

CUANDO EL VIENTO SEA LUZ

En la mirada la huella,
que deja el dolor y el miedo.
Ojos sin luz, casi yertos,
insondables como océanos.
Profunda como una sima,
la mirada se ennegrece,
y un destello se adivina,
un lejano amanecer,
en la brillante retina.

Cuando la ilusión se pierde.
La voz se torna cautiva,
cuando la pena se crece.
El viento espeso se palpa,
como corpórea la brisa,
que entre los dedos resbala,
como un pestilente aceite.
En el rostro contraído,
la frustración es patente.
Con los ojos desvaídos,
de los anhelos ausentes.

El sol se viste de luto,
cuando el odio está presente.
Y la ira de los Hombres,
amenaza la cordura.
El vil desprecio al distinto,
pone precio al sacrificio,
de las vidas que se pierden,
a los que siguen viviendo,
inmersos en la locura,
que entre los otros emerge.

No se nace con odio,
ni se nace malvado.
No se tiene pasado,
ni se teme al presente.
Solo vive latente,
en su vida incipiente,
el deseo inminente,
de ser amamantado.
Con los ojos cerrados,
en su vida ascendente,
solo busca el futuro,
en el amor naciente.

Con los ojos abiertos,
pero mates, sin brillo.
Se va quedando el niño,
prendido a su pasado.
La mirada confusa,
dilatadas pupilas,
el peso del presente,
en sus escasos años.
En su ropaje el signo,
de su pellejo ajado.

Se han roto las compuertas,
que contenían el lodo.
Se han abierto las fosas,
de los desheredados.
En las oscura mañana,
donde se cierne el barro.
Se partió la esperanza,
como se parte el alma,
cuando solo hay pasado.

Una ligera brisa,
con sabores amargos,
va cubriendo la Tierra,
para tapar el fango.
En un futuro próximo,
o tal vez, de inmediato,
se borrarán las huellas,
que deja el ser humano.
Unas nuevas esencias,
nacerán de las sombras,
en el andar pausado.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
02/03/2019