Cuando ya exhausto, rendido mi cuerpo,
Se le haga pesada mi aligera alma
La dejare ir sola, volando en calma.
Para no pasar por alto, a mi diosa deseada.
Visitare furtivamente; mi sol, mi dulce amada.
En el lugar mas bello que febrilmente quiero.
Ese jardín de hortensias donde la amo y me muero
Cuando hambriento el polvo, devore callado;
Mi cansado cuerpo ya deshojado.
Se elevará volátil dichosa mi alma.
Ya no habrá carnales deseos, ni mágicos paseos.
Percibiré terrenales endechas de despedida.
Pero recobraré gozoso mi vida perdida.
con alegres cantos de bienvenida
De todos los ángeles, el Señor mi Dios...
...A una nueva vida.
Y creyendo sucumba ya preso del tiempo.
Me acariciará la luz celestial en todo momento
Dando gracias al Señor por llegar a...
Mi vida definitiva.
Gloriosos tesoros me serán entregados
Siempre estarás a mi lado... día a día.