A mí no me importa quiénes vengas atrás de ti,
no me incomoda que pienses que no soy feliz;
mira que tampoco me duele que sientas celos
y qué no te esfuerces por contenerlos.
A mí no me molestan tus cambios de humor
o tu sorprendente falta de atención,
así como tus gustos raros en la comida
o tus llantos inexplicables tres veces al día.
A mí no me preocupan las demás gentes
eso déjaselo quienes no tengan paz en su vida
y quieran arruinarme la mía.
Yo estoy muy agusto en donde tú estés,
yo creo que ya te habrás dado cuenta de eso
cuando nos escapamos para irnos de paseo
y tomo tu mano y la beso y la aprieto y la amo.
No me importan muchas cosas realmente,
guardo muy poca información en la mente,
sabes bien que soy pésima para recordar
las fechas importantes de mi calendario
y no siempre escribo cosas en mi diario.
Es demasiado lo que no te podré dar
y otro tanto que se me podrá olvidar,
pero cada que me paseo por la ciudad
y siento mi mano colgada a su suerte a mi lado
me abruma tanto que no puedo evitarlo.
Se me da por empezar a recordarte sonriendo
y me dan una ganas inmensas de llamarte
para que no se me haga costumbre extrañarte.