Pasarás por la doctrina eterna
y la ciudad del todo sepultada,
como un tenaz encargo sobre la calle antigua. El deshielo
te cubrirá de falso azul marino,
de equívocos en sombra,
de abandonos pendientes que desprecian
al reo y su jurado.
Pido un cierto armisticio: este es el hombre
que se cruza de acera
para entender mejor el resto de su vida.
Lo veo aquí, con sus itinerarios
vacíos de agua fresca bajo la borrasca.
No sostiene las rosas si está la noche enferma.