Cuanto andar a lo largo del camino,
líneas trazadas marcadas por el destino,
amigos, amores, momentos alegres
o a veces sinsabores.
La felicidad que tanto buscamos,
en lugares extraños,
en rincones, en ilusiones virtuales
puede estar ahí, paciente, esperándonos.
Tanto traspié que la adversidad impone,
siendo al final el orgullo que de pie nos mantiene,
erguidos, sin miedos,
haciéndonos más fuertes.
Gracias doy al destino
porque después de tanto tropiezo
mi carácter adquirió temple de acero,
y sin temor he podido al fin reconocer mis miedos .