La brisa dice
palabras incompletas
que no comprendes.
Pero te dejas
acariciar por ellas
y no haces nada.
Es muy hermoso
sentir su escalofrío
por todo el cuerpo.
Algo te llega
con briznas de salitre
y de leyendas.
Es algo tierno
que pronto te subyuga
y te secuestra.
Quizás el mar,
con algas, caracolas
y con sirenas.
Puede que tengas
el alma en otros puertos
y no lo sepas.
Pero muy dentro
tendrás esa resaca
que bien conoces.
Es la ribera,
el puerto y la trainera
que tato amaste.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/02/19