Arriba el Sol y las estrellas todas
que brillan en el amplio firmamento
alumbrando mi humilde pensamiento
cuando escribiendo mis sencillas odas
me refiero a unos pocos, casi todas
denunciando el poder y sus jumentos.
Este soneto que al revés empieza
quiere mostrar el orden de las cosas
que carecen de pies y de cabeza
aunque se pinten con matiz de rosas.
Ya no sé si escribir con ligereza
o evadir la palabra que me acosa
cuando miro, ¡ay de mí!, tanta vileza
sobre una tierra que se dice hermosa.