Ahora se caminar abrazando
tu sonrisa,
uniendo día con día,
en una fiesta interminable
de haberte conocido,
alentando minutos
que vienen y van,
llevando y trayendo
aquello que a los dos
nos alimenta.
Me he convertido
en un obrero serio,
diseminado casas
por cada camino,
moradas para resguardarnos
secos y cálidos,
lejos de hielos y miradas.
He soltado amarras
para volar bajo la lluvia,
por sobre relámpagos,
y traerte cerca,
donde pueda frotar tus manos
con mis besos.
Te encuentro en cada
esquina de la brisa,
en un vaso agua fresca
que bebo agradecido,
y siento,
y escucho atento
buscándote dentro del tiempo,
en un año que camina
con la fuerza de lo cierto.
Eduardo A Bello Martínez
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