Te escribo este poema suelto que no recibirás
me golpea la noche en todo caso
me saca palabras y luciérnagas
que se aventuran
a traerte de nuevo en una verde luz,
como si tus ojos al fin vinieran a verme.
Debo escapar de vez en vez
por las dudas / por esperanza
debo dormir teniendo bajo sábanas
los propios sueños taciturnos y débiles
por si acaso te asomas
brevemente en una imagen
haciendo cualquier cosa
quizá mirarme
sonreírme con ese fuego tuyo.
Las musas son caprichosas
a veces están
a veces nunca
son vapor del amor visto alguna vez
pasar de mi brazo
visto sólo en la poesía
que como en esta madrugada
te escribo en un papel
que respira y canta por nosotros
que no existe
que sobrevive.
Mario Cid