Se levanta la mañana
con los ojos hinchados
de no haber dormido nada...
pensamientos angustiados.
Su ducha de agua y llanto
que se la toma a diario
restregándose los ojos
y frotando sus morados.
Y se cubre en maquillajes
para tapar sus dolores
los que lleva en sus bagajes
y rompieron sus pasiones.
Con sus gafas de sol puestas
perennes verano e invierno
pa que no le vean los ojos
ni le lean el sufrimiento.
LLega por fin al trabajo,
es su evasión de éste mundo,
ríe y bromea a destajo
donde deshace sus nudos.
Y de regreso a la casa,
han pasado ya ocho horas,
entra en trémula sonrisa
teme tener otra bronca.
Da un quebradizo saludo
y recibe una mirada
que de soslayo la mata...
es su mundo de criada.
Y así van pasando los días
entre gritos y silencios
entre golpes, que su vida,
convierten en un tormento.
Dime niña tú a que esperas
para abandonar la escena
para olvidar tanta pena
como ésta vida te renta.