Razón y causa de poetas y poesías,
Forjadora de futuros y escultora de pasados,
Eres la mano trémula del destino,
Que a veces acaricia las mejillas,
Que a veces cercena de un golpe los amores desahuciados.
Tu sonrisa puede ser a veces paraíso y otras averno,
Pero jamás será impávida o vacía,
Se cuela en medio de las cuerdas de las almas,
Tocando una alegre o una triste melodía.
Y tu mirada, a veces congela y a veces inflama,
A veces enternece, a veces te desarma,
Y verse reflejado en tu mirada oscura,
Desnuda la más titánica armadura.
Quien te conoce sabe a ciencia cierta,
Que no hay escapatoria de tus besos,
Eres un laberinto sin salida,
Destino sin retorno es tu cuerpo.