Disposición vi en tus ojos,
ganas de vencer tus negativas,
codiciabas abrazar el fuego
y darle libertad a tus manos
para aplaudir tu desenfreno.
Hallaste la fuerza necesaria
buscaste detrás de lo correcto
y agarrada de un lindo deseo
me pediste muchos abrazos,
brindándote yo más que eso.
Fue perfecto aquel encuentro,
sabor a gloria quedó en los dos
y mientras acariciaba tu cuerpo,
lograste cincelar en lo eterno
un “te quiero” con tu dulce voz.
Fue maravilloso el momento,
con cada beso ardió la culpa
y sabíamos que no era correcto
pero quién puede poner límites
a una historia que vivo en sueños.