Paso a Paso
piedra tras piedra
caminaba el incesante,
con el pie herido
Pero el pecho rebosante
de tanta alegría como la de un niño
que por primera vez veía
la luz del día y el imparable camino.
Después de un lapso de oscuridad
la luz esperaba
y como todo un luchador
a esta vida se aferraba,
con risas y carcajadas,
se alegraba de la vida
de los problemas, de la tristeza
de la alegría y de la muerte
de la cual había salido un poco cansado
pero victorioso.
¡Venció a la muerte
Y le tomo ventaja!
se aferro a la vida
y se alejo de la mortaja.
Oigo tus risas
hijo, hombre, Padre y hermano mio,
risas de alegría
por presenciar de nuevo
la luz del día
y de volver andar
el camino que se va formando
bajo tus pies día tras día.
Autora: Milocaru