¡Dios! como escribir el amor
de una pasión si eso ya fue
sí dejaron huellas en mi piel
que son parte de mi historia
me deleite en besos cargados de esperanza
en esa caricia que te traslada a un infinito
y de eso…
¡no quedo nada!
me quede en el camino de la nada,
unos brazos, desprecie
mientras otros me ultrajaban
no vivía ni en el pasado, ni en el futuro,
era solo el presente y hoy…
¡no quedo nada!
La hosquedad de un matrimonio mal concebido
por la ausencia de sentirme protegida
por haber sido un alma cansada y destrozada
que buscaba sosiego en las formalidades
de obedecer y sentirme utilizada
de vez en cuando la voz y las guitarras
que confundían mi alma enamorada
me decía a mí misma, que era una mujer amada
pero de eso…
¡no queda nada!
Estaba segura de preparar los mejores platillos
organizar y colorear la mesa donde come
pretender ser la mucama bien pagada
por tan solo esperar unas simples y llanas palabras
palabras que no hubo,
ni siquiera ¿cómo estuvo tu día?
tal vez te encuentres cansada
solo palabras de acuéstate conmigo
y cumple con tus labores de dama
complementando el capricho de tus necesidades
sin ganas, ni deseo, solo sentirme utilizada
¿a dónde se fue el amor?
¿a dónde el cariño?
el gusto por la admiración,
la gallardía y la etiqueta
las palabras de ternura que
¡nunca¡ brotaron de su boca
son las malas decisiones que uno toma
¿Acaso fue la soledad de tantos años?
¡hoy¡ la soledad…
no dice nada.
mi soledad contigo, hoy se siente abrumada
mal matrimonio y compromisos sociales
¡que hoy!
¡ya no sienten nada!
donde quedo el romance que soñé algún día.
¡Sí con contigo!
no he tenido nada
qué forma de amar esa la tuya,
qué manera de decirme que Dios sabe el amor
que tú me tienes
porque teniéndome
no me haces sentirme viva
porque teniéndome
¡no me dices nada!
porque teniéndome,
solo me haces saber quién manda
ya no quiero más compañero en mi vida
que mi soledad furtiva
ahora de vez en cuando,
tomaré una copa
me arreglare, y saldré a la calle
escucharé los piropos que tú no me dices
dejaré que me inviten un café que tú no haces
y diré que sí
que si saldré a respirar el aire
¡y bailaré!
y seguiré entonando mil tonalidades
lanzadas al viento
por qué…
hoy tu voz, tu voz, no dice nada.
Ivón Arce García
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