Ivón Arce García

NO QUEDO NADA

 

¡Dios! como escribir el amor

de una pasión si eso ya fue

sí dejaron huellas en mi piel

que son parte de mi historia

me deleite en besos cargados de esperanza

en esa caricia que te traslada a un infinito

y de eso…

¡no quedo nada!

me quede en el camino de la nada,

unos brazos, desprecie

mientras otros me ultrajaban

no vivía ni en el pasado, ni en el futuro,

era solo el presente y hoy…

¡no quedo nada!

La hosquedad de un matrimonio mal concebido

por la ausencia de sentirme protegida

por haber sido un alma cansada y destrozada

que buscaba sosiego en las formalidades

de obedecer y sentirme utilizada

de vez en cuando la voz y las guitarras

que confundían mi alma enamorada

me decía a mí misma, que era una mujer amada

pero de eso…

¡no queda nada!

Estaba segura de preparar los mejores platillos

organizar y colorear la mesa donde come

pretender ser la mucama bien pagada

por tan solo esperar unas simples y llanas palabras

palabras que no hubo,

ni siquiera ¿cómo estuvo tu día?

tal vez te encuentres cansada

solo palabras de acuéstate conmigo

y cumple con tus labores de dama

complementando el capricho de tus necesidades

sin ganas, ni deseo, solo sentirme utilizada

¿a dónde se fue el amor?

¿a dónde el cariño?

el gusto por la admiración,

la gallardía y la etiqueta

las palabras de ternura que

¡nunca¡ brotaron de su boca

son las malas decisiones que uno toma

 

¿Acaso fue la soledad de tantos años?

¡hoy¡ la soledad…

no dice nada.

mi soledad contigo, hoy se siente abrumada

mal matrimonio y compromisos sociales

¡que hoy!

¡ya no sienten nada!

donde quedo el romance que soñé algún día.

 

¡Sí con contigo!

no he tenido nada

qué forma de amar esa la tuya,

qué manera de decirme que Dios sabe el amor

que tú me tienes

porque teniéndome

 

no me haces sentirme viva

porque teniéndome

¡no me dices nada!

porque teniéndome,

solo me haces saber quién manda

ya no quiero más compañero en mi vida

que mi soledad furtiva

ahora de vez en cuando,

tomaré una copa

me arreglare, y saldré a la calle

escucharé los piropos que tú no me dices

dejaré que me inviten un café que tú no haces

y diré que sí

que si saldré a respirar el aire

¡y bailaré!

y seguiré entonando mil tonalidades

lanzadas al viento

por qué…

hoy tu voz, tu voz, no dice nada.

 

 

Ivón Arce García

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