Empiezo a sospechar de ti, de tu elocuencia,
no te hace falta palabra para poner todo a tu favor
me haces un incrédulo sin razón a la consciencia
ahora vivo abstraído y un poco perdido en tu licor;
pero cuando la humedad de tus labios con los míos
lleva al tiempo a su punto de congelación,
apenas pueda abrir los ojos y ver los tuyos en delirio,
caerá ropa del tendero y todo aquel bastión...
Reconocer el primer y último amor por tan sólo un toque
Un mareo momentáneo en tu iris capaz que desenfoque,
Alcanzar la dicha de haber ganado la subasta del amor,
Y encontrarme en tus dulces besos como el alfajor.