La flor de zafiro.
A su paso silban los vientos,
los vientos de la elegancia;
cantan mis seis canarios
y muchos zorzales cantan.
Su bello pasar salpica
con versos de un alma libre,
es toda una niña andante
en frases de flores firmes.
Con fino cristal alado,
me toca su voz de brisa:
si todo el amor existe,
existe la vida misma.
No hay sol que no le sonría
ni flor que no dé su aroma:
con toda su luz al paso,
la flor de zafiro brota.
Por verle, el vergel reluce
y eleva toda su esencia;
son varias las magias puras,
mas sólo su flor es cierta.
Es linda en su andar ligero,
es libre en su risa abierta
¿Qué sabe la noche inmóvil,
si nunca será tan bella?
Le río cuando me mira,
le lloro cuando se marcha.
¡Si de ella brotara un beso,
tendría tanta esperanza!
Sería su centinela
su arcángel por cada sueño
si un día su flor llevara
su azul a mi reino negro.
¡Qué alegres las mariposas!
¡qué suave toda floresta!
Por ella me iría al prado
de un verso que canta y besa.