Armando Cano

UNA VEZ TAN SOLO.


Qué triste, fría y soltaría es la existencia
estando lejos de ti, de tu playa,
de tu faro, de tu muelle.
Sin saber de tus sueños,
de tus ansias,
de tus pasos en la arena.
Sin atisbarte siquiera a través
de la ventana,
sin pasar por tu acera,
sin conocer tus mañanas.
Quisiera una vez tan sólo respirar
el aire marino
que se respira en tu bahía.
Saber que ya eres mía como tuyo
es mi corazón.
Sueño con tocar tu piel, y,
besar tus labios que saben a Mediterráneo;
con mirar por tus ojos cargados de amanecer,
afrontar los peligros de los acantilados
acariciando tus hombros desnudos
bronceados de sol.
Pretendo un día estar a tu lado,
poder abrazarte, dormir en tu regazo,
que curen tus manos mis añejas heridas,
que enjuagues mis lágrimas cargadas de sal;
que las olas que arrastran mi infeliz naufragio
me lleven a tu puerto, a tu vida;
a tus tranquilas aguas, a tu apacible océano,
a tu distante mar.

© Armando Cano.