LEJANOS RUMORES
Agostado el campo,
de los viejos sueños.
La nueva simiente,
que el viento se lleva,
va fertilizando,
las nuevas conciencias.
Ya no se es el dueño,
de las propias fuerzas.
Zarpazos de tiempo,
las traen y las llevan.
El brillante filo,
de la vil cuchilla,
ciega las miradas,
de verdad partidas.
Y en el borde mismo,
del filo del tiempo,
en vago equilibrio,
oscila la vida.
Cercena y divide,
la idea y la mentira,
Y cada pedazo,
que queda con vida,
se nombra y se palpa,
lo que no claudica.
Senderos pisados,
con pies de inocencia.
Que dejan la impronta,
de una raza nueva.
Hollada la tierra,
de firmes pisadas,
de cuerpos de bronce,
de recia cosecha.
Se levanta el polvo,
se aventa la tierra.
La fértil simiente,
limpia, será nuestra.
Caminos de lluvia,
de barro y promesas.
De fútiles voces,
que nombran y ciegan.
Sentimientos flacos,
de tanta vergüenza.
Caminos sembrados,
de palabras huecas.
La llovizna cae,
como la miseria.
Confundiendo al noble,
con el estratega.
El olor a azufre,
se masca y se enquista,
como necia rémora,
que vive sin vista.
Succionando el núcleo,
que late y conciencia.
Como la locura,
que nada respeta.
Se mastica el viento,
espeso y profeta.
Que el Sol parasita,
y la luz secuestra.
Lejanos rumores,
con la voz muy queda.
Dictan nuevas sendas,
aún no descubiertas.
Agostado el campo,
se queda a la espera.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
04/03/2019