Dayanara Mondragon

Pueblo bélico

Hay veces que no se puede decir más que la verdad...

 

Pueblo bélico

 

Poder, es tu obsesión constante,

hiciste pedazos la tierra,

desbordándola de calamidades y angustias,

ni a quien echarle la culpa,

ya es prisión para un ángel con las alas rotas.

 

Un corazón envenenado

al cabo de una hora,

ahogado en su propia sangre,

en su propio llanto,

te envaneces en tu propio orgullo,

evadiendo tu realidad,

lo que eres en verdad,

un hombre solamente.

 

En campos de concentración

traficas y mutilas tu propia especie,

tu ser, sólo por ser diferentes

o creer en un Dios,

que no comparte tu suerte, tus deseos.

 

Blanco para ti suele ser negro,

constantemente lo confundes,

para llegar a la paz

necesitas hacer la guerra,

es arrastrando la fe,

pisotear la esperanza

y ponerla bajo tierra.

 

Lo que pareces no entender,

es que lo que siembras, cosechas,

y no está, por demás recordarte,

cuál será el final que te espera,

si eres capaz de pensar,

¡Calla, y pon tu oído en la tierra!

escucha como se muere,

como lamenta tu existencia,

pues aunque en polvo te conviertas,

eres veneno a su existir

y por ti a de morir,

hasta la última célula de vida

de esta tierra.

 

Eres un pueblo bélico, y no por naturaleza,

por ignorante, tal vez; porque así,

sabes vivir sin que te duela.