La gata de Ana María.
Clarita, la gata de Ana María,
su amiga por tanto tiempo,
se siente, en la luz del día,
maullando en el firmamento.
Se dice que suelta un canto
que azula en el mediodía:
lo suelta a quien quiso tanto
…Y el canto va a Ana María.
Se alegra el sol de la tarde,
se pinta la flor de estío:
la gata su amor comparte
y en Ana ya no hay vacío.
Se mezcla con el recuerdo
la dicha con la tristeza:
hoy todo queda en silencio
y en una inmortal belleza.
De pronto la noche llega
y hay llanto en Ana María;
y un astro da la quimera:
¡Su gata en el cielo espía!
Con ellas se teje un sueño
que gira hacia a lo bendito
y, en una nube del cielo,
se juntan por un ratito.
Clarita fue compañera,
fue tanto como una amiga:
hay seres que en esta tierra
se clavan como una espiga.
(Se clavan en pleno pecho,
se quedan en nuestro mundo;
nos brindan todo su tiempo,
¡Son horas en un segundo!)
Clarita, la gata de Ana María,
su amiga por tanto tiempo,
se siente, en la noche fría,
maullando en el firmamento.
Se dice que suelta un canto
que azula la pena umbría:
lo suelta a quien quiso tanto
…Y el canto va a Ana María.
A Ana María Lazzatti.