Cómo explicarte hijita
que he olvidado
la plegaria y la magia mística
y la amistad
de los soles y las lunas.
desde aquel día casi ya perdido en
el Tiempo,
en que partiste
silenciosa.
Sí,
llega el Otoño,
y mis versos sombríos y
desmayados,
que diariamente,
confortabas…
Pero no estás,
aunque sé
que no te he perdido,
que tus versos de tristeza
por la áspera espera
que escondiste entre miedos,
amarguras y silencios,
(y que tus amores
me han legado)
son letras eternas, milagrosas..
que releo entre sonrisas y frías lágrimas…
guardo tus fotos y poemas
y el Secreto Nombre
de tu Belleza
de tu Pureza de capullo
de fruto maduro,
por Siempre y para Siempre.
Incesante Tiempo,
Espacio Indiferente,
(no van a doblegarme)
Te soñaré hijita,
dulce abrigo entre soledades,
entre insomnios, lunas,
y marfiles níveos
de pureza.
hasta encontrarte
en alguna estrella,
y en el pequeño jardín florido
que ansiabas.
Y nos abrazaremos
como madre e hija,
entre los más puros besos y caricias,
tal como nos prometimos
en un alejado día…
Sólo creo y pienso,
que el amargo sabor de este Presente
y nuevo Otoño sin vos,
es una molécula insignificante
en mi Memoria y en el vasto
Olvido.
Conociste la Nostalgia de mi alma.
Conociste mis antojos, tristezas
y poesía.
Decime, ángel mío:
Sabés , ahora que eres la poetisa
más hermosa y destacada de los Cielos,
cultivar el Manto Antiguo del
Olvido?
(Yo , a mi años, no lo he aprendido).
Si, Dani, ya llega mi añorado Otoño…
Y seguís Presente..
seguirás viviendo eterna
en la isla perdida
en el que habita
mi irreverente Destino y
permanente Vacío
entre las cenizas
de mis desgajados leños,
que se apagan.
Siempre estarás presente, Dani
en mi Alma y Corazón,
en un inalterable Pacto
con el Más Allá,
entre los aromas terrestres,
que percibo,
y en mi mirada
que por la noches
te busca melancólica e inquieta
y algo desolada…
He aprendido, de vos.
Y así será, Dani,
te recordaré entre mis versos sangrantes,
(aunque recuerdo que
no podías soportarlos)
en hermético silencio estoico
y sólo escondidos versos.
En silencio estoico, hijita,
Entre los sones y cadencias
de la música
que me sana.
En silencio estoico,
(como me enseñaste)
con mis ojos aún húmedos,
y sin fútiles palabras.
(tu mami sustituta, que no pudo abrazarte,
Patricia)