Santiago Miranda

Dejé de mirarlas

 

Admirarlas por la fuerza
Dejarme consumir por su fuego
Interior.     a todas y a cada una
De todas ellas / aprendiendo
Por la lección impotente; solo una
Habrás de tocar y mirar, solo una
Escoje correctamente y luego muere

Bajo el castigo y la recompensa
Ya no las siento existir y quizás aprendí
La lección final / mi espejo ha sido quebrado
Por mi propia mano / ahora cumplo expectativas
De la equidad como meta / ahora vaga la soledad
Y Eros herido a muerte / se deja morir, caer en la nada

Ahora observo atentamente / las hojas que no sé nombrarlas
El azul en el espacio interior/ ya no hay otro que valga
El deseo de fusión / acordado el desamblaje de la llama
Apagado el deseo de mi fuente innata / con decretos, frías palabras

Ahora que las miro no las veo / no hay rojo ni verde ni azul
Su deseo no fluye en mi deseo / fantasma
Ahora de mi nada se espera / sino uno compañero
Similar a un perro de casa / sa sa sa serpenteantes palabras
Llenas de un veneno inmortal / hoy soy más que menos
Ojos que capturan lo negro, vagando en su oscuridad