Es tu mirada que brilla
y fuego es lo que viene de tu boca
como un infierno húmedo
de lujuria para todas las horas de las sombras;
Es tu cadera que ondula
en ecos de deseo
y hiedras desesperadas son mis manos
que se levantan como el día
cuando tu cuerpo se extiende desnuda
como el aire;
Todo es como un ritual,
madura en el día mi deseo
que se afila en tus labios
y jadeando va
hacia los pétalos de tu sexo
donde la luz se ahoga en unas gotas;
No son solo nuestros cuerpos,
es el aire que resbala
por tus senos
y el silencio que desespera
cuando se suelta tu cabellera
en un húmedo torbellino
que deja a los pájaros sin nido;
Mi corazón se enreda
en una palpitante sed
que navega de una boca a otra;
y todo es ternura
como el sol que se derrama
en un instante que se pierde
en el reloj a punto de llorar.