Carlos Leyva

Huellas

Compañero, esta tarde las flores te has llevado

tras los charcos de lluvia que mojaban tus huellas

con lágrimas de todos los ojos que han llorado

bajo la misma pena que apagó las estrellas.

 

Aún siento acariciarte sobre el cielo nublado

tratando inútilmente de borrarme tus huellas,

si en las manos las tengo, como el viento, tatuado

en mis horas contigo, ¡oh las horas más bellas!

 

¡Cúanto dolor y cuánta tristeza en tu letargo!

Mis ojos se consumen en polvo deprimido

derramado en las letras de tu sepulcro amargo.

 

Compañero, esta noche lloré tu despedida.

Y el mundo cancerígeno me juzga confundido

por el terrible hastío que tengo con la vida…