Partió como el ave de su nido
partió como su amor en el olvido
partió y no se lamentó por su partida
ya era el número \" setenta \" de abandonos
qué pena por el que se va si piensa en ella
y que muere o morirá por su partida.
Partió y no se pudo hacer ya nada más
que decirle adiós con su mano alegre
por ser el número setenta y uno que se ha ido.
¡ Y adiós !
Nada amarga, ni la enemistad, ni el abandono
solo alegría de no haber sido una más en su lista
de las hijas del engaño en que él la metería.
¡ Adiós!
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