Me diste un poema sacudiéndote
Como un racimo de uvas
Cada que cuando el perfume
Se engancha
Y quién corte delicias pues los unen
Por el vientre respira la flor
En las laderas más soleadas
Las gotas no bajaron por tu barriga
Conjugaron con el silencio de ambos
Atardecidos vimos el primer sol y luego la mañana entre nudos,
entre besos entre nidos
Bebiendonos el alma
A sorbos dándonos las manos
Regalandonos momentos
A cada segundo
Niños de este mundo
Fecundo
Hasta que por las paredes se filtró la distancia