Dulce

Quizá mañana

 

¿Quién sostendrá la luna?

Salpicando de ternura

con los ojos iluminados de sed.

 

Y yo…

Silenciando la sorpresa

cada vez que tu regresas,

que no se note la alegría

en cada centro de mi ser.

Y este cielo aplaudiendo

cada latido

mi pestañeo distinto

el encuentro de dos almas

que se observan detrás del espejo

y que no se logran reconocer.

Quizá mañana

desayunando el arco iris

y masticando esta dulzura

comiences a sentir

un nuevo amanecer.