alupego (Ángel L. Pérez)

SENDEROS DEL CORAZÓN

SENDEROS DEL CORAZÓN

Verbo de pálida carne,
de gestos vagos y neutros.
De dudas e indecisiones,
vacilando entre algodones,
como un retoño en la cuna,
agobiado de atenciones.

Embebido en la fortuna,
mira de soslayo al pobre,
al condenado a la hambruna.
Su mente, el desprecio nubla,
y la vanidad le anula,
como real ser humano.

Rencores en el baúl,
de los sentimientos huecos.
Atados en el pretil,
de la ventana del tiempo.
Apoyados al albur,
como pensamientos muertos.

El latido galopó,
desbocado sin consuelo.
Corazón sin ritmo cierto,
sumido en el descontento.
Vacilante en el querer,
como un sentimiento yerto.

Amores en el balcón,
como geranios en flor.
Galopando en el perfume,
que lleva y que trae el viento.
Buscar sin pausa otro yo,
para continuar sintiendo.

Senderos del corazón,
que en cada latido grita,
para encontrar la razón,
que su sentir delimita.
Se debilita el amor,
entre temores y dudas.

El necio en su afán camina,
sin mirar alrededor.
Dobla la esquina del tiempo,
y en su necedad sin freno,
caso omiso hace al honor,
en su ceguera encubierto.

Soldaditos de latón,
pétreos en la formación.
Sumidos en la rutina.
De rígidos movimientos.
Sometidos al concierto,
de afinados instrumentos,
que someten su criterio.

Viejas normas.
Nuevas formas,
sometidas al vaivén,
que las limita y deforma.
Entre los viejos recuerdos,
una nota de ilusión.
Como un eco que se asoma.

Verbo de pálida carne,
que aún conserva la ilusión.
Entre muecas de dolor,
a flor de piel se debaten,
las pasiones y el amor.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
07/03/2019