Son cinco las vocales estrechas
que a nuestra lengua se ponen,
pero sólo dos palabras hechas
que ante todo se ante ponen.
Mujer es la primera de ellas,
¿Quién no ha sabido lo que es?
Madre le sigue después
y aquí pocos saben que es.
Madre no es una mujer cualquiera
que ha corrido sin sentir
sólo ese gran ser humano
que ha preferido sufrir.
Madre no es la mujer perfecta
que sus hechos da el decir,
pero es la mujer concreta
pues es digna de aplaudir.
Madre muy pocos lo saben
y otros pocos no tienen,
el conocimiento de su grandeza
pues con su amor lo mantiene.
Ni aquel que se crea muy hombre
podrá conocer la mujer,
si sólo se basa en los trapos
y no en bendito querer.
Por eso para hacerse hijo
es necesario tener
los nuestros que nos llamen padres,
así poder entender.
En este mundo sólo hay una
y ese es mi triste consuelo,
pero espero cuando muera
llegue ella pues al cielo.
-Juan Antonio Ayala H.-