A veces suelo escuchar un susurro cerca de mi
es una voz suave y atractiva que me incita a pecar.
Me habla cada vez que te veo, que te pienso,
cuando te hablo y cada vez que te sueño.
Esa extraña sensación que me recorre el cuerpo,
hasta hoy había tratado de no ceder a sus insinuaciones,
pero tiene un poder de convencimiento
que me es difícil no ceder a su poder.
Hoy me hablo de nuevo, tuve el impulso de correr,
pero su voz sonaba más fuerte, más decidida a verme caer
Cedí a sus peticiones y me acerque a ti en silencio,
de forma tan sigilosa que nadie lo noto.
Te cubrí la boca con un pañuelo humedecido con algo,
cuado caíste pude ver el éxito de tenerte para mi.
La voz se ha vuelto más intensa que antes.
Ahora me pide que te asesinarte.
No voy a negar que su oferta es tentadora,
verte ahí, desnudo, indefenso y con miedo,
me provocas ganas de hacerte sufrir.
A pesar de amarte, quiero escuchar tu dolor.
Esa extraña voz que me atormenta se ha ido,
no puedo explicar como ha pasado esto,
se fue en momento justo que tu corazón se detuvo
y tus ojos perdieron el brillo de la vida.