¿Vamos por un café?
verás te contaré
mientras suena lento el piano
y se vierte en nuestras tazas
el aroma de estas montañas
que te quiero infinito
que te pienso obsesivo
que no duermo
que te sueño
que te beso
imaginario.
¿y si me miras?
mientras la taza aún humeante
entrega su sabor desbordante
en tu boca que la estrecha
torpemente te expondré,
que mis palabras son necias,
pero sus letras salvas,
que lo siento,
que te miento
enamorado…
y luciérnagas levantan vuelo
amarillas,
haciéndose estrellas
en mi anhelo confesado
como alas de susurros
con las que te nombro,
cada noche,
al despertar en la penumbra,
que no duermo,
pero que aquí
estando tu a mi frente
y tan lejos,
te miro,
y te siento
y te amo
sempiterno.