Ella, no la tengo, pero como quisiera. Ella cambia las reglas, se escabulle como misterio y se vuelve aventura. Me aferraría a las caderas de ella como sustento antes del fin, aunque sean sólidas, se mueven bastante bien cuando la música suena. Ella es la novia imaginaria en la que piensa mi mente, el crepúsculo que inspira mi cielo gris, la estrella principal de mi firmamento y la maldad que influye en mí, de buena manera, el querer devorarla en todo momento y que ella se encienda en fuego que no se extingue.
Casualmente pensaras que ella es mía, pero no, solo escribo pensando en un millón de posibilidades que en mi barcón es posible. Si ella llegara a mí, jamás tendría duda en si es amada, porque yo se lo dejaría bien en claro… Quizás mi noche se alarguen si la tuviera, porque dudo que pudiera dormir, la besaría demasiado, acariciaría su piel y la nombraría mi maravilla personificada, solo mía, porque ella no se comparte. Ella es ella y tal vez jamás se halle alguien que se acerque a lo que es ella.
Ella, no la tengo, pero como quisiera. Ella cambia las reglas, se escabulle como misterio y se vuelve aventura. Me aferraría a las caderas de ella como sustento antes del fin, aunque sean sólidas, se mueven bastante bien cuando la música suena. Ella es la novia imaginaria en la que piensa mi mente, el crepúsculo que inspira mi cielo gris, la estrella principal de mi firmamento y la maldad que influye en mí, de buena manera, el querer devorarla en todo momento y que ella se encienda en fuego que no se extingue.
Casualmente pensaras que ella es mía, pero no, solo escribo pensando en un millón de posibilidades que en mi barcón es posible. Si ella llegara a mí, jamás tendría duda en si es amada, porque yo se lo dejaría bien en claro… Quizás mi noche se alarguen si la tuviera, porque dudo que pudiera dormir, la besaría demasiado, acariciaría su piel y la nombraría mi maravilla personificada, solo mía, porque ella no se comparte. Ella es ella y tal vez jamás se halle alguien que se acerque a lo que es ella.