Mi querido amigo, eres tan especial; de la forma más humilde, amo tú personalidad.
Es notoria la forma en que nos llevamos, aunque poco aparentamos; siempre se iguala nuestra creatividad.
Y siempre, en el momento preciso, apareces tú; lleno de palabras sinceras que no se iguala a cualquiera, por tu maravillosa actitud.
Por eso, mi deseo es inmenso, que te rodee como un lienzo, la grandiosa virtud; y que parezca eterna, como maravillosas estrellas, nuestra linda juventud.
Por eso no hay más, palabras certeras, que describa si quiera, nuestra verdadera unidad; por que daría mi vida vacia, a tu completa armonia, para sentirme lleno, con felicidad.
No hay palacios, ni oro, ni grande autoridad; que pueda separar esta inmortal amistad.