¿Seré yo, aquel que un día escribía,
la prosa perdida y dibujada,
que dio lugar a una noche tibia,
en el ocaso de una flor marchitada?
El poema que sangra y llora,
mis manos brotan versos oscuros,
detrás de una clara sombra,
muestra sentimientos impuros.
Mis ojos no se acostumbran
el no ver mi prosa perdida,
mis candiles ya no me alumbran
y mi alegría esta mal herida.
¡¿Dónde estas mi prosa perdida?
en ti me quiero refugiar…
en un ejido mi rosa vencida,
vuelve mi prosa, vuelve a amar.