Como un albañil que levanta obras con la pluma.
Salió al campo a levantar muros:
un tal Angelillo de UIxó.
Se los imaginó no como los de un calabozo.
Sino al modo de una naturaleza hermosa y dura,
que rescataba de la tumba,
gracias a sus magnificas metáforas.
Levantó andamios para construir sus palabras.
Sin sospechar que estaba escribiendo sobre sus propios muros:
su FIN.
De ellos iba a caer con sus laureles, para quedar para siempre en la sombra.
Fue observado por sus semejantes dormidos
entre risas e indiferencia mientras obraba.
Todo lo que llegaron a sospechar de su obra,
como una metáfora de un tal Angelillo de Uixó:
es que se iba a matar para nada.
Solo el que es inocente no VE:
EL odio que impera y gobierna en el conflicto de los que están vivos,
y no sueñan ni creen que algo diferente sea posible en este infierno.
Este hombre solo construye ésta tranquila metáfora imperturbable en todas las edades:
La de los muros.
Y lo hace de forma perfecta.
Pero el tal Angelillo de Uixó, no sabía construir muros.
Está fue la conclusión para procesarlo, tras que fuera en busca de los hombres que en esta tierra trabajan, sufren, yerran, y nadie les canta.
¿ para qué? diría un funcionario de prisiones.
Y él les cantó a los que construyen paranys en esta tierra, a los que siembran en la montaña basura, a los que abandonan animales moribundos.
Lo hizo tras recoger la basura de la montaña,los animales abandonados enfermos, tras denunciar los paranys a unas autoridades que no le hacían ni caso.
Si este hombre os acusó de todo esto:
es que era cierto.
! Y lo castigastéis miserables por juzgaros con amor!
Lanzó como si fueran un boomerang sus metáforas, que le dieron al volver en su otra mejilla en forma de delitos de odio contra él de los que construyen paranys, los que destruyen la libertad y la vida en los despachos de los juzgados, de las empresas, de los que abandonan animales enfermos en el monte que manchan.
Y a nuestro albañil que salió a construir un mundo mejor con su pluma a través del ejemplo, la imagen y la palabra, se la cayó el edificio encima porque mezcló la peor realidad del mundo, con la peor ficción del mundo.
El resultado fue una carcajada de la humanidad por la que se le escapó la vida como a un idiota indefenso en un juicio acusado de todo tipo de delitos de odio. Tan absurdos que hasta podrían pasar por reales por la justicia por sus detalles sin importancia, pero que le acusaban.
Una foto, una metáfora, el nombre de un poderoso hombre y corrupto…
Su obra le sepultó.
En la lápida de su tumba, a mitad del camino de San Antonio pone:
Estoy imaginando un mundo mejor aquí dentro,
cuando lo tenga: saldré para explicároslo.
Angelillo de Uixó.