Recuerdo mis soles de infancia:
la fragancia silvestre de los días
navegando entre el rumor de la risa
y el grito jubiloso rodando por la ladera
Evoco las voces contentas
cruzando el puente que tropieza el río
y mi barquito de papel de diario
surcando las estelas de las olas plateadas
Despierto en las huellas de la infancia
flotando sobre el silencio
tratando de alcanzar la pampa desnuda
donde las alegrías saltan bajo la lluvia
Hoy el planeta es un campo de fuego,
un desierto donde las palabras se calcinan
bajo el espléndido sol de los anhelos
/ equinoccio donde habita la agonía
dialogando en el lenguaje invisible de la muerte /
Cuando se ausente de mis pupilas
el paisaje que tengo en los ojos grabado
y el espíritu de mis sueños atardezca en el alba
me iré como quien se va a bañar al río
con el paisaje en los ojos grabado
abrazado de los versos calcinados