Tú estabas escondido tras aquellos versos,
sin poder verte no podía comprender
el por qué me venía tu ser,
a musitarme al oído una y otra vez.
Tú eras la musa disfrazada en pensamientos,
tu esencia era el vaivén de mis manos,
las cuales se movían a tu ritmo hasta escribirte,
brotando en ellos deseos incontrolados.
Tú eras el signo tras aquellos versos
y tu esencia era el vaivén de mis manos,
para que este amor irracional perdure,
en estos versos que jamás podrán ser borrados.