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Esos círculos cerrados donde inconscientemente te ponen los sellos de la casa, donde el pánico es presa de las multitudes modernas, donde la estrella es el de la barba encanecida, y de la falda corta, dándole seguimiento a la política interior, limitada y personal, una secta de extrema cofradía donde despertarías en suspenso. Fieles y amnésicos al ras del progreso ante una iglesia alcoránica donde te hace creer que todo lo que alumbra es real. Cito el ejemplo como un caso poético, cito el ejemplo como limpiándome la frente sin mirar el escarabajo que se ha acercado como acto intimidatorio, se ha acercado vociferando como animal prehispánico del primer sueño de la corrupción, estamos ante la institución moderna de nodrizas domésticas del Kukuxklán bebiendo café con el líder, entonces disimulo leer el mismo libro para darle una postal de Carl Marx “igual que en la religión el hombre es dominado por el producto de su propia cabeza, en la producción capitalista lo es por el producto de su propia mano” entonces su moral sería una pisada en el pie izquierdo con el suave brote de la hemorragia que hizo con el objeto punzocortante que le regaló Salinas de Gortari con el propósito de cerrarle la puerta a las cuerdas bucales del tercer poeta, y hacer votos de silencio ante la concurrencia y fabricarle leche de lagartija para dársela a beber a cambio de un poco de elixir de su gran círculo épico, invitado por el propio juez del grandísimo tribunal y tenerlo sobre un frasco de agua blanca para el hombre culto y respetable. Él ha abierto un foco de ovariotomía con su rito de lengua que inocula tanta seducción para los poetas.
[Su tertulia sería con un gafete de autocontrol sin atestiguar en contra ante sus dádivas creativas y su atractivo círculo de una casa de citas, con sus endecasílabos de la antigua escuela de los cisnes y de los pavorreales y un circo de conferencia de un semidiós en el oído como un judas saludándome con la mano izquierda…]
Bernardo Cortes Vicencio
Papantla, Ver, México
06:3410032019