Las piedras como lava rugiente,
corrían descalzos sobre ellas,
el dolor amigo en la mente,
solo provoca almas necias.
Un debate ridículo emerge;
dentro de las máscaras
del mismo hombre hereje
cuando abandonado, las hadas
Arrojan las ilusiones rojas
por el abismo sin hijos.
Solo que el tiempo no obra
a los que sin piernas maldijo
Esos apremialos con negro,
descansalos, los que respiran
sin exhalar mariposas en vuelo,
acaba la vida en muerte efimera.